jueves, 22 de enero de 2009

El matrimonio Chávez Portuguesa

Y vino el marido nuevamente con unos regalitos para la mujer. De esos regalitos que ocasionalmente trae “para contentarla”, pues indudablemente que este patán de marido sabe que la maltrata, la humilla, y la desprecia constantemente, pero la necesita.

En su concepción parasitaria de la relación, la necesita. Siempre que acude a ella lo hace porque hasta ahora se ha mostrado incondicional. Es la mejor de sus mujeres, le da todo, no le exige nada, se contenta con cualquier tontería, y si se pone medio protestona, la amenaza con no darle nada más, y ella obedece a sus demandas.

Ninguna le ha demostrado más amor y fidelidad. Nadie le ha querido como ella. Este crápula la ha conquistado con la estrategia de seducción más básica de los de su calaña: una fascinante labia, con la que enamora haciéndole sentir que la quiere, que es solidario, y se esfuerza más que nadie para ofrecerle bienestar. Que sólo él le ofrece la oportunidad de borrar todas las terribles experiencias vividas con sus anteriores maridos.

Lamentablemente, hasta ahora no ha podido materializar lo que su labia ofrece. Sus promesas han sido incumplidas. Pero ella hasta ahora lo ha entendido, no es su culpa, él lucha contra el imperio, lucha contra sus ex-maridos, y lucha por su vida. Constantemente intentan asesinarlo. Por eso no le ha cumplido.

Ella hasta ahora ha entendido que la misión de este marido va más allá de atenderla a ella. Ha entendido que él trata de cambiar y salvar al mundo. Por eso aunque le digan y vea que él junto a sus hijos de cuello rojo rojito despilfarran y se roban los reales que deberían ser para ella, aun cuando le digan (y hasta él lo hace en su propia cara) que se gasta la gran parte de los reales conquistando mujeres extranjeras que sólo lo quieren por su dinero. Ella está allí para obedecerle, para ofrecerle sus votos… de fidelidad.

Hoy la visita seguido y con regalitos, porque quiere que siga siendo su incondicional mujer, sabe que otras ya no lo quieren tan incondicionalmente y se le han puesto muy exigentes, hasta el punto que hasta tienen nuevos maridos. Por ello ha dicho que sus mujeres llaneras (ella y sus hermanas que también le han sido incondicionales) tienen que favorecerle contundentemente y sin abstención. Sabe que son dependientes de él, que prácticamente no tienen recursos para rebelársele, que son manipulables, que su labia sigue siendo efectiva con ellas. Sabe que su destino en gran medida lo van a decidir ellas, aunque éstas no lo saben hasta ahora.

Por eso mí querida Señora Portuguesa de Chávez, espero que estas líneas le sirvan como espejo donde se pueda ver reflejada. La comprendo, se que difícil es para nosotros los humanos y las sociedades que conformamos salir de nuestros laberintos existenciales, y sobre todo tomar decisiones que puedan hacernos sentir desamparados (aún cuando desde hace tiempo estemos en esa condición).

No tenga miedo de romper con esta trágica relación. Si la mantuviera, se estuviera cerrando a la posibilidad de conseguir un mejor marido y unos mejores hijos. Me niego a creer que esté patán y los hijos que prácticamente por su obediencia e inocencia le ha impuesto para guiar sus destinos en los últimos años, sean lo que usted se merece.

En sus manos está la posibilidad de cambiar su historia con un rotundo NO.

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