domingo, 14 de junio de 2009

El asunto es de Masas, no de Mesas

(De cómo concebir la esperanza)

La democracia sigue huérfana. Nuestro pueblo sigue errante. El que gobierna, cada vez se aleja y desprecia más a ambos, y los que ejercen la oposición política, perdidos en los laberintos de las ambiciones, discursos y cascarones vacíos, creen avanzar hacia ellos, cuando realmente retroceden.

Estimado lector, le pregunto: ¿Usted siente que a partir de la llamada mesa de la unidad democrática le ofrecerán una alternativa y un liderazgo capaz de unir a la creciente mayoría que no quiere el socialismo, e impulsar las transformaciones que requiere el país? ¿Usted se siente motivado a participar en alguna de las 11 mesas que conforman la mesa?

Si usted tiene esa sensación, no siga leyendo este artículo, pues yo solo soy uno más de los pájaros de mal agüero que siempre critica y se opone a las iniciativas de la oposición democrática. Ahora bien, si usted tiene la misma percepción que yo, de que esto no es mas que “una vaina para que se sienta que estamos haciendo algo”, y que ese algo es más de lo mismo, siga leyendo.

Existen dos carencias fundamentales en los factores opositores venezolanos: aprehensión a lo que tienen (y nada tienen) y una pésima manera de comunicarse con las masas (porque no tienen nada para comunicar). Por esta razón, lamentablemente, esta iniciativa, al nacer, ya se perfila como un nuevo fracaso.

Quizá sea porque estos dirigentes no se han hecho esta pregunta: ¿Qué espera la masa de venezolanos que no quiere a Chávez, su socialismo y sus secuaces?

Quizá usted, así como yo, si se la ha hecho. Veamos si mi respuesta se parece a la suya:

En primer lugar: Una propuesta política y económica claramente contraria al tenebroso Socialismo del Siglo XXI. El Nuevo Capitalismo, El Capitalismo Socialmente Responsable, o el nombre que le quieran poner; lo importante es que presente una propuesta económica y política sustentada en el Capital y la Libertad. ¿Usted aprecia su Capital? ¿Usted quiere tener más Capital? ¿Usted quiere un buen trabajo, buenos hospitales y escuelas? Pues sólo una política económica fundamentada en los postulados del nuevo capitalismo que se construye diariamente pueden ofrecérselo, y eso tiene que planificarse y comunicarse sin temores.

En segundo lugar: Ante el personalismo, el liderazgo cercano y compartido. Ante la centralización, la descentralización. Hay que presentarle a la gente una clara propuesta de federalismo contraria a la que poco a poco nos está imponiendo el régimen. Hay que convencer a la gente de que eligiendo a sus líderes mas cercanos y capaces, mediante mecanismos de autentica participación y control, puede mejorar su calidad de vida.

En tercer lugar: Ante la anarquía, organización. Ante las decisiones y acuerdos cúpulares, participación. Quienes no queremos el socialismo chavistoide, y quienes aun no terminan de deslastrarse de él por no ver una alternativa clara y convincente, tienen que ser organizados. Una iniciativa que pretenda motivar y unir a esta masa de gente y derrotar al régimen, tiene que establecer mecanismos de participación atractivos, con un mensaje y objetivos claros. Desde ya se debería anunciar que los candidatos a toda elección (Asamblea Nacional, Concejos Municipales, Presidencia), serán electos por votación directa – Primarias – y organizarnos para ello. No esperar a que se acerque la elección para decir: “Ya no hay tiempo, por eso debemos llegar a un acuerdo partidista”.

Todo esto tiene un propósito de carácter superior: Ante la desesperanza, que nazca la Esperanza. No ha existido en la historia una propuesta política que haya alcanzado el poder que no esté soportada de la esperanza de las masas. Por esta razón usted amigo lector, usted amigo político, pregúntese: ¿Esta mesa concibe alguna esperanza?

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